15 de agosto de 2018

Lago de reflexiones: "¿Y si dejamos de opinar sobre el aborto y sencillamente lo respetamos?"

De pronto me aparece en Twitter el siguiente titular: "La Iglesia española aprovecha el 'No' al aborto en Argentina para exigir al Constitucional que se derogue la ley de Zapatero". He aquí el artículo completo.  

Recientemente tuve una conversación de 4 horas con una religiosa de la Compañía de María y uno de los temas a tratar ha sido precisamente este: el aborto. Y lo comenté por una razón, era un encuentro personal e íntimo pero en él quería hacer referencia a la grandísima madurez y admiración que despierta en mí la reflexión de una amiga argentina de 15 años de edad. Desde Buenos Aires me dice, en lo que viene a ser una opinión muy similar a la mía:

"Eso es un tema complicado, creo (y yo también) que no se debe mezclar la creencia con la opinión que tenga respecto a este tema, y no se debe involucrar a la Iglesia con el pensamiento este del aborto. Pero yo estoy a favor (y ya somos dos) porque acá en Argentina a la mujer no se la trata bien, hay millones de feminicidios cada año, cada mes, y todo se tapa y nadie dice nada. Es más, hace dos días, violaron a una nena de 12 años y no hay rastro del violador y todo queda en nada. Con respecto al tema del aborto, primero y principal se botó la ley, o sea que no es legal. Ahora el tema del aborto; yo nunca abortaría pero estoy a favor porque, si se hubiera aprobado la ley que sé que el año próximo va a ser de nuevo la votación y si no es este próximo va a ser el siguiente, porque no vamos a parar hasta conseguirlo. Yo no lo veo tanto por el tema de abortar, porque abortos va a seguir habiendo, pero lo que se quiere tratar es de que sean seguros y de que la vida de esa chica no corra riesgos, incluso por violaciones, no solamente porque se rompa el preservativo o le falle el anticonceptivo, también por el tema de que si la madre no puede tener el hijo en ese momento. Si se hubiera aprobado sería una lucha más para la mujer, una lucha más para nosotras.”



Como he dicho, la religiosa de la Compañía de María manifestó una opinión similar, la regulación de un acto como éste no obliga a nadie a llevarlo a cabo, pero otorga una seguridad y un derecho sanitario que garantiza que al menos una de las dos vidas va a seguir su curso, no se van a perder ambas en el intento clandestino de acabar con una de ellas.

Creo firmemente que hay personas que a menudo hablan frente a los micrófonos que se les prestan y se les da voz en nombre de la Iglesia Católica y realmente la voz de la Iglesia tenemos una y mil experiencias de vida diferentes. Yo he pasado por una reasignación de identidad y mi partida Bautismal ha sido rectificada para adaptarla a mi realidad, como hija de Dios, bautizada, confirmada y con mis sacramentos al día.


Como mujer estéril soy la primera que, a menudo, he estado callando mi opinión o expresando mi obligación de callar y no opinar, pues biológicamente no soy quien de concebir y gestar, de modo que no me corresponde a mí opinar, sino respetar a quienes sí viven el problema, la circunstancia y la difícil, complicada, dura y cruda decisión de abortar o no.

José María Gil Tamayo debería tomar nota de Víctor Manuel Fernández, Arzobispo de La Plata, quien en un comunicado ha confesado que "no me atrevería a salir a festejar por el ‘no' al aborto, porque creo que ni los legisladores ni la sociedad en general pueden irse a dormir tranquilos".Yo no dormiré tranquila hasta que sepa que cualquier argentina tenga derechos sanitarios que garanticen que su decisión, libre, no dogmatizada por el Catecismo, pueda ejecutarse sin riesgo para su propia vida. Eso es defender la vida, no lo otro.


Beni Lago Fernández


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