22 de julio de 2016

En el Día por las Víctimas del Odio... toca actuar!

Asistimos a un aumento lento pero constante de los delitos de odio contra las personas extranjeras en España: el último informe sobre este tipo de delitos publicado por el Ministerio de Interior habla de un  incremento del 6 por ciento en 2015. La tendencia es tan sólida que incluso ha propiciado la creación de una Fiscalía específica. Y no se trata de un fenómeno restringido a las grandes ciudades. En Galicia, es especialmente preocupante la situación de la provincia de Coruña, que es la séptima en el contexto estatal con más delitos de odio.

Hoy, 22 de julio, se celebra el Día Europeo de Acción por las Víctimas del Odio, pero...¿qué son los delitos de odio? Según la legislación española aquellos que se ejecutan contra una persona por su origen, etnia, orientación e identidad sexual, religión, creencias o discapacidad. En España, la mayoría de estos delitos se cometen contra personas de otras nacionalidades y por motivos xenófobos. Esto incluye agresiones físicas, pero también difamaciones, amenazas e insultos: es el tristemente famoso discurso del odio o hate speech.



Nos preocupa especialmente cómo el discurso del odio campa a sus anchas en Internet, donde el mensaje se amplifica. El entorno digital, por su anonimato, falta de control y consecuencias, y capacidad para llegar una audiencia muy grande y muy diversa, es hoy por hoy el mayor cauce libre para la difusión del discurso del odio xenófobo. Lo vemos diariamente en espacios como twitter. Por ejemplo, la etiqueta #rapefugees, que relaciona refugiados con violadores, entre las 3 y las 9 de la mañana del 22 de julio de 2016 alcanzó 164.113 impresiones. Otro ejemplo son las webs de los medios de comunicación. Según datos recogidos por el proyecto PROXI el 60 por ciento de los comentarios a noticias sobre inmigración en los foros de medios de comunicación denotan algún grado de discurso del odio,  y el 10 por ciento son directamente delictivos.
  
En nuestro país, diversos/as expertos/as alertan sobre como grupos neonazis que promueven el odio racista tratan denodadamente de captar a los más jóvenes en la Red  y de cómo las personas sin criterio formado son vulnerables al impacto de este discurso. Además, el Hate Speech y los delitos de odio tienen un caldo de cultivo ideal en la larga crisis económica y en el incremento de la exclusión social.

Es un ataque directo a la convivencia que rompe la cohesión social, aumenta las desigualdades e impacta sobre la insolidaridad internacional. Según las estimaciones de la UE, los delitos de odio cometidos a través de redes sociales se multiplican por 30 en relación a la realidad física. Teniendo en cuenta los datos de uso das TIC, podemos prever que el impacto de este tipo de discurso en el entorno digital tenderá a seguir aumentando en los próximos años: el Instituto Galego de Estatística indica que en Galicia, el porcentaje de niños/as entre los 10 y los 15 años que usan Internet creció 26 puntos en los 10 últimos años, situándose en 2015 en el 95,5 por ciento, dos puntos por encima de la media estatal. Es necesario, por lo tanto, actuar en seguida en la creación de una conciencia crítica y de espacios de convivencia física y virtual que el entendimiento intercultural y la empatía a través de la acción decidida y empleando herramientas que hagan viral el discurso alternativo.

4 de julio de 2016

"Hace veinte años hablábamos de dictadores africanos y hoy de multinacionales que desvían a paraísos fiscales: el efecto sobre las políticas públicas es el mismo"

Chema Vera es, desde el año 2012, director general de Oxfam Intermón en España. Químico Industrial, entró en el mundo de la Cooperación a través de un voluntariado en Perú que llevó a convertirse en ingeniero de proyectos. Inició su carrera profesional dentro de Oxfam Intermón en 1993 como director de la sede de Madrid y luego se hizo cargo del Departamento de Campañas y Estudios. Hasta 2012 trabajó en la Secretaría General Iberoamericana coordinando los Programas de Cooperación de las Cumbres Iberoamericanas.




Chema ha estado la pasada semana de visita en Galicia, donde ha dado charlas en A Coruña y Vigo desgranado la claves de la nueva iniciativa de la entidad: se trata del programa doméstico, innovación social que traslada a la España de las desigualdades los aprendizajes del bagaje de Oxfam Intermón en otros continentes. Ecos do Sur es una de las entidades beneficiarias, y gracias a este programa podremos contratar a profesionales de intervención y fortalecer áreas estratégicas a través del acompañamiento técnico.

Estos días estás en Galicia hablando sobre ciudadanía, políticas y crisis. Es decir, sobre un mundo que cada día suma más pobres y donde los ricos no dejan de enriquecerse más y más, ¿qué está pasando?

Hace unos años empezamos a constatar que en España y en Europa se está produciendo un aumento de las desigualdades similar al de los países donde estábamos trabajando, en África o América Latina. No tanto desigualdad entre países como dentro de cada país. Esto tiene un impacto en la cohesión y la estabilidad social, ya que se frena la lucha contra la pobreza. El análisis que hemos hecho sobre España nos muestra un país con muchas desigualdades.

Eso, a pesar de que a nivel macroeconómico se habla de salida de la crisis, de creación de empleo...

No hay informes de ongs ni de bancos que muestren que esa aparente salida de macroeconómica de la crisis llegue a la población vulnerable. La salida de la crisis sigue siendo desigual. Hay que tener en cuenta que en España hay 700.000 familias sin nigún ingreso, y también la precarización de los trabajadores: hoy en día, tener un empleo ya no garantiza salir de la exclusión. Nos estamos convirtiendo en una sociedad dual, como son las de América Latina en las que trabajamos. Otro tema importante es el impacto sobre la fiscalidad. Hace 20 años hablábamos de los dictadores africanos y latinoamericanos y hoy son las multinacionales que desvían a paraísos fiscales: el efecto sobre el centro de salud que te atiende, sobre las políticas públicas, es el mismo.

Precariedad, fraude fiscal... y en todo este contexto, recortes.

De ahí precisamente surge nuestro programa doméstico, cuando vemos que las políticas de austeridad que se están aplicando aquí siguen los mismos principios que los planes de ajuste estructural que se introdujeron en América Latina en los años 80, y que están teniendo las mismas consecuencias sobre las políticas públicas, con gran impacto sobre la población vulnerable.

Proponéis trasladar a España el modelo de trabajo que tiene Oxfam en países de lo que se conocía como 'el Tercer Mundo' ¿cómo haréis este viaje?

El programa doméstico es una casa que hemos empezado sobre el tejado, algo raro para Oxfam Intermón, que siempre empezamos a partir de la comunidad y desde ahí construimos influencia política. En este caso, hace cuatro o cinco años empezamos a sumar a nuestros análisis la situación española y europea. Desde el inicio tuvimos claro que no íbamos a operar directamente sobre esta situación, sino a través de organizaciones enraizadas en la intervención a nivel local, sabiendo además que el tejido de acción social en España ha sufrido mucho por doble motivo: el descenso de las subvenciones y la desaparición de la obra social de las cajas. Además, mantenemos nuestras líneas principales, y apoyaremos a organizaciones que trabajan en el ámbito de la violencia contra la mujer y el de los refugiados/as y migraciones.

¿En qué consiste el programa?

Nace con la voluntad humilde de respaldar a este tejido, en dos aspectos: por una parte, apoyo económico. Por la otra, y es la vocación de la idea, fortalecer a la entidades con apoyo técnico y formación en lo que ellas requieran: finanzas, marketing, etc. También hay una tercera pata, que es la del apoyo puntual con nuestra presencia pública si la entidad está pasando por una dificultad concreta que pueda requerirlo. No se trata de un programa destinado a seguir creciendo, pero sí a generar redes de colaboración entre entidades, incluso a nivel internacional, poniendo en contacto a organizaciones que trabajan en los mismos ámbitos para que puedan aprender mutuamente.