17 de enero de 2019

#LagoDeReflexiones: “Panem et circenses” lema de este país...


Las redes sociales, y la calle, se llenan de división, desde que el CERMI y el Gobierno de España, a través de la Ministra de Educación, Isabel Celaá, anuncian una medida en la que se pretende dar traslado a 35.886 alumnos con necesidades especiales desde sus aulas y centros de educación especial hacia la escuela ordinaria, en nombre de la inclusión.

Pero evidentemente, ya sabemos que en este país aplicar aquello de "panem et circenses", funciona. Mientras estemos divididos por cualquier cosa absurda no nos unimos contra los de arriba, ni nos preocupamos de lo importante. Ante la pregunta que he hecho a muchas entidades, asociaciones, plataformas, empresas y familiares e incluso personas con diversidad funcional. La respuesta es unánime:
Si alguien gana serán los políticos que hacen lo que les da la gana.

La pregunta ha sido:
¿Qué se gana creando una división de enfoques y fuerzas dentro de un colectivo tan vulnerable? ¿Qué se gana, o quién gana?

Si le damos la vuelta a la pregunta y decimos:
¿Quién pierde?
Otra vez obtenemos una respuesta unánime.
Las familias perdemos todas. No entiendo este enfrentamiento, pienso que deben estar las dos modalidades. Hay menores que no pueden estar en centros ordinarios, necesitan mucha atención. Sin embargo otros si pueden hacerlo. Pero faltan muchos recursos. Y si muchos de esos menores salen adelante es por sus progenitores, porque pagan terapias fuera del colegio.

Un enfrentamiento en el que no se respeten las dos opciones o alternativas sólo genera una división de fuerzas y una reducción de objetivos alcanzables. ¿Queremos realmente alcanzar la meta? Sólo hay una salida: ¡¡LUCHAR JUNTOS!!

Es obvio que la Educación Inclusiva es un derecho que está reconocido por la ONU y que hay muchos estudios sobre ellos y algunos paises nos llevan (como siempre) años de ventaja en cuánto a la aplicación de medidas. Pero en España no se aplica.

En España el porcentaje de alumnado en Centros de Educación Especial es muchísimo mayor que en otros países europeos. Hay quienes dicen que algunas veces no existe detrás una elección libre, hay quienes dicen que sí, ambas plataformas coinciden, no obstante, en que el modelo educativo debe sufrir una transformación completa, de abajo a arriba. Un cambio meditado, estudiado y llevado a cabo con garantías y de forma gradual.

Hay testimonios de todos los colores, personas integradas en la escuela ordinaria y que no encuentran limitaciones al desarrollo de su mochuelo y menores que en la escuela ordinaria no recibieron atención adecuada y en la Educación Especial han encontrado el paraíso. 

Ojalá pudiera educarse a las personas adultas como educamos a nuestros retoños, ojalá nos preocupase tanto esa educación cuando debe ser un ejemplo para ellos, y dejemos de lado las particularidades y opiniones personales, para abordar las necesidades específicas de cada caso, de cada persona, de cada alumno.

Lo que me da vergüenza es este enfrentamiento entre familias que deberían estar más unidas que nunca, pidiendo recursos para escuelas especiales y ordinarias. Porque acabaremos perdiendo una oportunidad, como sociedad, de aprender que incluir no es integrar y el objetivo es integrar con calidad. Por la paz social, unámonos.

Beni Lago Fernández