Desde fotógrafos/as chinos/as en el parque del Retiro de Madrid, con sus cámaras "made in china", pasando por los restaurantes chinos que pronto poblaron la capital con sus precios reducidos... Es evidente que la comunidad china se ha integrado en la capital y su número crece exponencialmente.
La falta de conocimientos sobre China, así como los prejuicios de corte xenófobo, aumentaban las dificultades para los individuos de una comunidad que deben ser enterrados en su patria, y hacia la misma regresan cuando ven aproximarse su muerte. Así son muchos los/as chinos/as que invierten gran parte de sus ahorros en asegurarse un entierro digno.
Asimismo, en la capital se les puede ver en las cadenas de "Todo a cien", ahora "Todo a un euro" y en los almacenes pertenecientes a las tiendas chinas de Lavapiés y Usera, constituyendo el llamado "Chinatown madrileño".
Además la interlocución social, económica y política de las autoridades chinas con las autoridades madrileñas es muy fluída. Las celebraciones del Año Nuevo chino proporcionan un vistoso atractivo a la ciudad. Y los pequeños orientales aprenden español con mucha más facilidad que sus padres. Y así, entre su respeto por las flores y la primavera, la comunidad china se difumina entre los/as madrileños/as con una eficiencia evidente.
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