“Se necesitan
dos piedras para hacer fuego”. La colaboración y el trabajo en red son imprescindibles en cualquier ámbito, pero más cuando estamos hablando de unir
fuerzas para lograr la inclusión de colectivos vulnerables.
Desde el año
2007, en Ecos do Sur apoyamos a las mujeres víctimas de prostitución y de trata con
fines de explotación sexual, dando asistencia jurídica y sanitaria, además de
orientación sociolaboral y atención psicológica. Hasta el momento hemos apoyado
a más de 1000 mujeres. Este trabajo en ocasiones, sería imposible sin la
colaboración de otras entidades, como ALIAD ULTREIA.
Queremos
acercaros un poco más al gran trabajo que realizan y para eso hemos tenido la
oportunidad de hablar con Ana Barba Nuñez, una Educadora Social que lleva más
de seis años trabajando en esta entidad y es la coordinadora del programa de
mujeres. Aquí os dejamos la entrevista:
-¿Desde cuando
lleva abierto Aliad? ¿Dónde está vuestra sede?
Sólo tenemos
sede en Lugo ciudad, pero trabajamos a nivel provincial desde hace más de 30
años.
-¿A qué
colectivo atendéis aquí?
Aliad nace hace
treinta años y sus siglas responden a Asociación Luguesa de Información y Ayuda
al Drogodependiente. Comenzamos a trabajar dentro de las prisiones y en
comisaría. En 2011 surge el programa de mujeres, con el caso
"Carioca", que son víctimas de trata. Y nuestro letrado nos propone
trabajar en este tema.
-La reinserción
es uno de los objetivos de vuestra asociación. ¿No es así?
Estamos en ello
de una forma muy individualizada. También en grupos dentro de prisión pero
sobre todo en atención individual, ayudándoles a conseguir las metas de cada
persona. En drogodependiencias trabajamos en el programa jurídico social. Ahora sobre todo en el proceso de
reincorporación Y esas personas con drogodependecias tienen otros métodos.
-¿Atendeis a la
población inmigrante?
Por supuesto.
Pero no de forma individualizada Y dentro de prisiones, en Lugo, en el centro
penitenciario de Monterroso el 80% de la población es inmigrante.
-¿A las
familias de los reclusos les prestáis algún tipo de ayuda?¿Económica?
Nosotros no
prestamos ningún tipo de ayuda económica. Lo que si hacemos es una atención
informativa cuando van a entrar en prisión. Tenemos muchos contactos con los
recursos sociales de la zona para poder orientarles en ese sentido.
¿El
colectivo que atendéis vosotros es un colectivo discriminado?
Pues sí porque
estamos hablando de personas penadas, de drogodependientes, de mujeres víctimas de prostitución, que tienen mucho estigma social. Hay que trabajar en
sensibilización para superar eso.
-¿Cómo os financiáis vosotros? ¿Cómo se portan las Administraciones?
Tenemos una parte de fondos públicos que aportan la Xunta de Galicia, el Concello de Lugo, la Diputación de Lugo. Y luego hay otras líneas de financiación de empresas privadas, como pueden ser Roviralta o Fundación Barrié de la Maza, entre otras.Y luego los fondos de socios y donativos.
Siempre es mejorable. Porque si bien es cierto que hay entidades con una gran implicación, vemos que las ayudas son muy mejorables. Llegan tarde, a final de año.
-¿Qué
actividades tenéis?
Pues depende
del proyecto. Con presos trabajamos en dos centros penitenciarios, Monterroso y
Bonxe, hacemos actividades dentro de prisión de preparación a la libertad, con
multitud de talleres. Y tenemos un apartamento fuera para seguir trabajando. Es
decir va todo conectado, desde dentro hasta fuera.
Y talleres
formativos para superar el asistencialismo.
Con mujeres
víctimas de trata o explotación sexual realizamos algo muy parecido al trabajo
que hacéis en Ecos do Sur, accedemos a los clubs, damos información, talleres
formativos, hacemos una intervención integral desde aquí, jurídica,
psicológica, social y médica. Y también talleres formativos de empoderamiento.
- Con estos
colectivos, el componente psicológico es muy importante ¿Contáis con un psicólogo
en el equipo?
Sí mi compañera
Fátima, que es la directora de programas.
-Ya por último,
¿Son las drogas un problema de los reclusos?
Cada vez menos.
Ya las drogas han cambiado con el paso de los años. Ahora son utilizadas por todos los sectores sociales.
Pero se encuentra consumo en las cárceles, en mayor grado que en la calle también.
Sólo podemos terminar dando las gracias
a Ana Barba por mostrarse tan cercana y en general a todo el equipo de ALIAD ULTREIA por estar
siempre abiertos a trabajar en red. Sois unos grandes ALIADos.
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