9 de enero de 2013

Adaptándose a la gastronomía española.

El almuerzo como la comida más fuerte del día, los platos tradicionales y el pan son algunas de las variantes en los hábitos alimenticios españoles a los que los inmigrantes parecen adaptarse sin dificultad, según el estudio "Hábitos Alimentarios de los Inmigrantes en España". Las personas procedentes del Este de Europa, del Magreb y de Asia son las que reconocen mayor afinidad con nuestras tradiciones culinarias.

El estudio desvela, además, que especialmente en el almuerzo durante los días laborales, las personas inmigrantes suelen consumir platos españoles, con preferencia por el arroz y la carne, dos productos básicos de la dieta en América del Sur. Esto se explica porque las personas trabajadoras comen habitualmente en bares y restaurantes durante la semana, quedando el fin de semana para la cocina tradicional elaborada en casa.

Por otra parte, la costumbre de la ingesta de pan se ha popularizado especialmente entre los latinoamericanos, ya que el 85% lo consume habitualmente. Productos innovadores, como la leche con calcio, la soja enriquecida o los zumos con leche tienen también gran aceptación.

El 42% de los inmigrantes afirma haber dejado de tomar algún alimento o plato de su tierra porque no lo encuentra en España. Entre los productos que más añoran están el cus cus, entre la población magrebí,  y los plátanos, frutas tropicales y maíz, entre los latinoamericanos. Asimismo, las personas de Europa del Este no encuentran sus variados quesos tradicionales ni los pescados, y los asiáticos echan de menos sus condimentos, así como sus múltiples pescados y verduras.

Esto representa una oportunidad para la industria alimentaria española y una vía para conseguir una mayor integración, así como un esfuerzo de adaptación a los gustos de los nuevos españoles, que sin duda enriquecerá también a los paladares autóctonos.
Kiko Cabanillas.