La época en la que se contrataba a personas inmigrantes con el fin de que desempeñaran los trabajos que los/as nacionales no querían ha finalizado: las exigencias actuales en esta época de crisis son que sólo aquellos/as que tienen formación serán contratados/as, y mayoritariamente mujeres.
El perfil de los/as trabajadores/as extranjeros/as es de entre 35 a 64 años de dad -mayores que antes-, mujeres y especialmente para trabajar en el sector terciario, debido a la crisis en la construcción y la industria. Los datos del padrón no son fiables, ya que los/as inmigrantes que abandonan el país no suelen comunicarlo al ayuntamiento correspondiente y, por tanto, siguen dados de alta.
En todo caso, España no ha dejado de ser un país inmigratorio, aunque ya con muchos matices, pues con la crisis al menos 900.000 inmigrantes han perdido su ocupación laboral, sobre todo en el sector de la construcción. Además, se ha producido un creciente envejecimiento del empleo inmigrante.
Asimismo, los/as trabajadores/as inmigrantes están más cualificados/as hoy en día, puesto que el desempleo ha incidido sobre todo en los puestos que requieren menos formación. En cuanto a las remesas, éstas cayeron en 2012 un 20 por ciento, hasta niveles de 2006.
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