23 de septiembre de 2014

La toma de conciencia como víctima, el proceso más complejo.

Hoy, 23 de septiembre, se celebra el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas. Hemos querido salirnos de las frías estadísticas y abordar el lado humano del asunto desde la perspectiva, también, profesional. Así, compartimos con vosotros/as esta entrevista que hemos realizado a uno de los/as muchos/as técnicos/as que incluso arriesgan su integridad física para detectar estas situaciones y ayudar a las víctimas. 



Bajo el anonimato que lo protege, su testimonio es claro y revelador acerca de los obstáculos que se imponen a su trabajo: "La permanente percepción de vulnerabilidad, y la falta de referencias externas contrastadas por parte de las víctimas, hacen que vivan en una permanente sensación de indefensión y de pérdida de control de sus vidas", explica el técnico.

"De igual manera que se puede afirmar que el espectro de situaciones en las que se encuentran las víctimas de trata es diverso, tampoco se puede plantear un único enfoque que se pueda  aplicar para ayudar a la víctima a tomar conciencia y, en consecuencia, a ser liberada de esta situación. Es cierto que tanto los indicadores, las pistas e indicios de la situación de trata están identificados, así como los procedimientos de las redes criminales para conservar y retener a las víctimas (coacción, miedo, engaño, dependencia, agresión, anulación, etc., ). Sin embargo, los itinerarios de salida de esta situación han de ser siempre individualizados, ya que las circunstancias familiares, personales, sanitarias, afectivas, económicas, etc., son siempre diferentes", relata.

"El contacto y el acceso a las posibles víctimas no siempre son fáciles. Entre las barreras que encuentran los/as agentes de ayuda están, en primer lugar, el impedimento físico, es decir, no permitir el acceso al local, o permitirlo en situaciones en las que es prácticamente imposible la intervención: horarios, espacio de intervención poco apropiado, accesibilidad limitada a las personas, privacidad inexistente, o también la rotación permanente de las personas en los distintos locales".

En segundo lugar, están "todas las acciones para disuadir a las víctimas del acceso a los agentes de ayuda, la más frecuente es la generación de desconfianza y la descalificación de los profesionales de la intervención social, con falsos testimonios sobre su complicidad con los servicios de extranjería". En tercer lugar, está la propia oferta de servicios “de garantía” de los que disponen las  redes de trata, que pueden ser  similares a los que ofrecen los/as agentes de ayuda: Médicos, abogados, asesores.

Finalmente, y acerca de la sensibilización sobre la condición de víctima y la toma de conciencia sobre la misma, este especialista considera que "es uno de los procesos más complejos, sin el cual no se puede avanzar hacia la situación de denuncia y de consiguiente búsqueda de alternativas para su propia vida".




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