19 de julio de 2014

Vivencia y conciencia.

Hola amig@s:

Es una tarde de verano y me invitan a una conferencia que da en un Centro de la ciudad un buen amigo. Como uno vive en extramuros (que decían los medievales), al hacer buen tiempo, me voy paseando; disfruto viendo llenas de gente alegre las terrazas de las cafeterías, y pienso que puede ser verdad lo que dicen nuestros gobernantes de turno: ¡España va bien!.

Mas.... ¡que poco dura la alegría en la casa del pobre!. Por circunstancias, regreso también caminando pasadas las doce de la noche, sólo se ven algunas personas por la calle, mañana hay que "currar". Lo que veo con frecuencia, a lo largo de callejear durante más de media hora, no me gusta nada, es más, me duele la conciencia por la parte de culpa que yo pueda tener: no uno, ni dos, ni tres, cuento hasta siete personas rebuscando en los contenedores de la basura antes de que pasen a recogerla los camiones. Entonces pienso: España va bien, pero para el entorno de estos pícaros gobernantes que no quieren bajar a ver estas miserias.

Porque.....
- ¿de verdad gobiernan pensando en estos mendigos que he visto buscando alimentos en la basura?.

- ¿de verdad piensan en los niños, ancianos y enfermos, que ayer murieron de hambre y hoy morirán de lo mismo, por culpa de una injusta distribución del dinero?.

- ¿de verdad piensan en las madres que tienen que padecer el raquitismo de sus hijos, por falta de vitaminas y de prevención sanitaria, y por falta de una ley justa en sanidad?.

¡Qué bien gobiernan para impedir que entren esos africanos, buscando lo que buscaban esos españoles en los años 40, 50, 60, emigrando a otros países!

Y yo (nosotros), ¿qué hacemos?, ¿callamos?, entonces, sin dudar tenemos parte de culpa por tolerar en silencio tanta injusticia.

Hasta otro día.

Un abrazo.

Alfredo Asensio. Vicepresidente de Ecos do Sur.

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