Según un estudio presentado por FIIAPP (La Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas) sólo el 20 por ciento de la población mundial cuenta con la protección social adecuada en el momento de emigrar a otro país. En 2011 la población mundial inmigrante en España se cifró en 7 millones de habitantes. Y parece seguir creciendo exponencialmente, pero no de manera uniforme. Estamos pues ante un aumento considerable de las migraciones.
España ha pasado de ser un país de emigración a ser uno de recepción de personas inmigrantes. Además, la población española envejece a ritmos agigantados, disminuyendo a su vez la natalidad. En cuanto a África, la política de cooperación española se ha abierto a este continente, donde por sectores el terrorismo, la piratería y el tráfico ilegal suponen una lacra al desarrollo de estos países y sus habitantes.
Las personas inmigrantes son un importante motor de desarrollo de los países receptores y de origen. Por todo ello se confirma la necesidad de establecer políticas de inmigración comunes entre España y África.
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