12 de septiembre de 2018

Lago de Reflexiones: La diversidad sexual abarca siete mil millones de sexualidades, todas válidas.


Navegando por Twitter me encuentro un tweet que hace referencia a este artículo del periódico digital El Español, que, visto lo visto, no tiene entre la gente usuaria de la red social muy buena reputación.

Falso, o no, es una gilipollez. Hasta el día que me lo extirparon yo llamé pene a mi pene y llamé cojones a mis testículos y defendí que el pene tiene propiedades masculinas y femeninas simultaneamente, le guste a la ciencia, o no, de igual modo que la vagina masculina. Que yo haya preferido salirme de las normas y decidir quedarme en un limbo intersexual, donde la carencia de gónadas y órganos (ni ovarios, ni testículos, ni pene, ni vagina) me convierte en un ente asexuado, no es representativo del colectivo, lo que diga un medio tampoco. Me da igual de dónde provenga la información o la fuente, pero venga, vamos, ¿en serio? ¿Agujero frontal? Yo tengo un agujero y se llama "meato urinario" pero puedo asegurar que por ahí no entra nada que no sea una sonda pediátrica, anda y no fastidies.

Sí, me siento ente asexuado. Me paso la condición de seres sexuados de la Humanidad por la cicatriz de los cojones, es algo a lo que renuncio y reniego, y tengo un DNI que no me representa, porque la legislación en España, al contrario que en Alemania, por ejemplo, todavía no está preparada y dispuesta a la integración de la plena diversidad sexual.

Hablando de diversidad sexual me pasaron un vídeo que igual os echa una mano, pero mejor es que os centréis en la segunda parte, del minuto 3:22 en adelante. Hay más vídeos, montones de ellos. La importancia de verlos no radica en ayudar a las personas que ya van más allá de eso que dicta la norma, que hacen lo que quieren, sino ayudar a quienes nunca han tenido en cuenta la multiple diversidad a la hora de entender el género.

Del artículo mencionado sólo concuerdo en una idea: ¡Hay que reconducir la educación sexual! Porque "cuando la educación sexual se volvió materia dirigida al “público general”, el contenido se centró en educar en la pubertad a las personas cisgénero, a los heterosexuales, especialmente para prevenir el embarazo y reducir las infecciones de transmisión sexual. Durante mucho tiempo ha existido un gran estigma y una enorme discriminación asociados al ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero, queer, intersexual o asexual".

Recientemente, en una sobremesa, un chico cishetero joven me indicaba una y otra vez que su convencimiento era que había una raíz biológica en que el color rosa fuera preferido por las niñas y que los niños sólo supieran jugar con las muñecas a desnudarlas o romperlas. Porque no está en su Naturaleza otra cosa. Intenté hasta la extenuación razonar que esos roles y conductas son fruto de la influencia social, del constructo social del género, le argumenté que Simone de Beauvoir ya había escrito en 1949 "la mujer" o lo que entendemos por mujer es un producto cultural que se ha construido socialmente. Denuncia que la mujer se ha definido a lo largo de la historia siempre respecto a algo (como madre, esposa, hija, hermana) y reivindica que la principal tarea de la mujer es reconquistar su propia identidad específica y desde sus propios criterios. Las características que se identifica en las mujeres no les vienen dadas de su genética, sino por cómo han sido educadas y socializadas. Como resumen de este pensamiento escribió una de sus frases más célebres: "No se nace mujer, se llega a serlo"

Soy una persona con un Alma y Espíritu propios de mujer, con un cuerpo, considerado y asignado como de un hombre, a los 39 años mediante Terapias Hormonales Cruzadas pretendí alcanzar lo que sería “ser mujer” y me he quedado a medio camino, en un limbo neutral que mi DNI es incapaz de reflejar. Ahora creo que Antía es demasiado femenino para cómo soy y es por eso que optaría por una identidad intermedia y neutra: Beni.

Beni Lago Fernández

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