Navegando por Twitter me encuentro un tweet que hace referencia a este artículo del periódico digital El Español, que, visto lo visto, no tiene
entre la gente usuaria de la red social muy buena reputación.
Falso, o no, es una gilipollez. Hasta el día que me lo
extirparon yo llamé pene a mi pene y llamé cojones a mis testículos y defendí
que el pene tiene propiedades masculinas y femeninas simultaneamente, le guste
a la ciencia, o no, de igual modo que la vagina masculina. Que yo haya
preferido salirme de las normas y decidir quedarme en un limbo intersexual,
donde la carencia de gónadas y órganos (ni ovarios, ni testículos, ni pene, ni
vagina) me convierte en un ente asexuado, no es representativo del colectivo,
lo que diga un medio tampoco. Me da igual de dónde provenga la
información o la fuente, pero venga, vamos, ¿en serio? ¿Agujero frontal? Yo
tengo un agujero y se llama "meato urinario" pero puedo asegurar que
por ahí no entra nada que no sea una sonda pediátrica, anda y no fastidies.
Sí, me siento ente asexuado. Me paso la condición de
seres sexuados de la Humanidad por la cicatriz de los cojones, es algo a lo que
renuncio y reniego, y tengo un DNI que no me representa, porque la legislación
en España, al contrario que en Alemania, por ejemplo, todavía no está preparada
y dispuesta a la integración de la plena diversidad sexual.
Hablando de diversidad sexual me pasaron un vídeo que igual os echa
una mano, pero mejor es que os centréis en la segunda parte, del minuto 3:22 en
adelante. Hay más vídeos, montones de ellos. La importancia de verlos no
radica en ayudar a las personas que ya van más allá de eso que dicta la norma,
que hacen lo que quieren, sino ayudar a quienes nunca han tenido en cuenta la
multiple diversidad a la hora de entender el género.
Del artículo mencionado sólo concuerdo
en una idea: ¡Hay que reconducir la educación sexual! Porque "cuando la educación
sexual se volvió materia dirigida al “público general”, el contenido se centró
en educar en la pubertad a las personas cisgénero, a los heterosexuales,
especialmente para prevenir el embarazo y reducir las infecciones de
transmisión sexual. Durante mucho tiempo ha existido un gran estigma y una
enorme discriminación asociados al ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero,
queer, intersexual o asexual".
Recientemente, en una
sobremesa, un chico cishetero joven me indicaba una y otra vez que su
convencimiento era que había una raíz biológica en que el color rosa fuera
preferido por las niñas y que los niños sólo supieran jugar con las muñecas a
desnudarlas o romperlas. Porque no está en su Naturaleza otra cosa. Intenté
hasta la extenuación razonar que esos roles y conductas son fruto de la
influencia social, del constructo social del género, le argumenté que Simone de Beauvoir ya había escrito en
1949 "la
mujer" o lo que entendemos por mujer es un producto cultural que se ha
construido socialmente. Denuncia que la mujer se ha definido a lo largo de la
historia siempre respecto a algo (como madre, esposa, hija, hermana) y
reivindica que la principal tarea de la mujer es reconquistar su propia
identidad específica y desde sus propios criterios. Las características que se
identifica en las mujeres no les vienen dadas de su genética, sino por cómo han
sido educadas y socializadas. Como resumen de este pensamiento escribió una de sus
frases más célebres: "No se nace mujer, se llega a serlo"
Soy una persona con
un Alma y Espíritu propios de mujer, con un cuerpo, considerado y asignado como
de un hombre, a los 39 años mediante Terapias Hormonales Cruzadas pretendí
alcanzar lo que sería “ser mujer” y me he quedado a medio camino, en un limbo
neutral que mi DNI es incapaz de reflejar. Ahora creo que Antía es demasiado
femenino para cómo soy y es por eso que optaría por una identidad intermedia y
neutra: Beni.
Beni Lago Fernández
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