14 de agosto de 2008

El buen tiempo y el turismo incentivan la venta ambulante por parte de inmigrantes en A Coruña

Al hablar de venta ambulante no se puede sólo extraer los estereotipos del "top manta", o de irregularidad. Hay muchos inmigrantes que cuentan con permisos de trabajo por cuenta propia en el sector de la venta ambulante y hacen de ello su vida productiva en nuestro país, manteniéndose a sí mismos y a sus respectivas familias. Dos son las razones más significativas que hacen de la venta ambulante una de las actividades laborales más características del estío coruñés: El buen tiempo en comparación con el invierno (sobretodo la carencia de lluvias) y la afluencia de turistas a la ciudad.

Así pues Seydou, natural de Costa de Marfil, trabaja en la venta ambulante en la avenida Finisterre, donde tiene muchos compañeros de Senegal trabajando con él. Una media de 40 euros diarios es el beneficio que obtiene este inmigrante de la venta ambulante, quien trata de ahorrar para traerse a su madre de Francia. El padre de Seydou reside en Senegal. En la avenida Finisterre es donde trabaja su hijo, que junto con la calle Real y la calle Barcelona es uno de los lugares donde más se instalan los vendedores ambulantes procedentes del extranjero.

Diop, natural de Senegal y Kinane, marroquí, son también dos vendedores ambulantes, quienes confirman que la mayor dificultad para el desarrollo de su trabajo es la policía municipal, que además de expulsarlos de sus lugares de venta se incautan de todo el material. Otros trabajos que desarrollan algunos inmigrantes relacionados con la venta ambulante en verano son la venta de libros, como el argentino Sergio; o la venta de CD’s como Ndoye.

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