El pasado lunes, al menos 214 personas de origen subsahariano lograron superar la doble valla fronteriza de Melilla. Por ello, Interior reforzó la frontera con 18 guardias civiles. Fue en este caso un doble intento: un grupo en Arroyo de Beni- Enzar, mientras otro grupo intentó saltar a la carrera por el paso fronterizo terrestre. Luego, lo de siempre: tratar de llegar al CETI, que alberga ya 1.300 personas, el triple de su capacidad, y las tiendas de campaña del Ejercito para los recién llegados.
Y en esta ocasión, entre ellos, Mirelle, una adolescente camerunesa, de tan sólo quince años. Es la primera mujer -con una pierna rota- en saltar la valla de Melilla, ya que las mujeres tradicionalmente llegan a España en patera. Tras su llegada fué trasladada a la Purísima, un centro para menores no acompañados.
Mirelle declaró que las otras veces que lo intentó fracasó, y al volver a tierra marroquí fue golpeada por las Fuerzas Auxiliares, los antidisturbios alauítas. La penúltima vez se rompió la tibia y fué atendida en el hospital Hassani de Nador. Chica tímida, determinada y cabezota, según refieren periodistas que la entrevistaron, que ahora espera que autoricen su estancia en el país por razones humanitarias, tal y como reclaman al titular de Interior varios diputados.
Kiko Cabanillas.
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