Desde hace unos meses tenemos en marcha un Observatorio exhaustivo en prensa y redes sociales basado en identificar y analizar discursos de odio racistas expuestos en comentarios en numerosas noticias sobre inmigración. Es parte del proyecto CibeRespect, que desarrolla Ecos do Sur en colaboración con el Institut de Drets Humans de Catalunya, SOS Racisme y United Explanations y gracias al apoyo financiero de la Obra Social La Caixa.
Con los datos que estamos extrayendo del Observatorio, estamos comprobando la relevancia de dichos discursos de odio en la red tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. Estos se encuentran acompañados de escasos comentarios alternativos, los cuales en ocasiones presentan poca fundamentación; al igual que de comentarios neutros, que suelen sobrepasar el número de los discursos tolerantes, pero debido a su tipología no ayudan a combatir los presentes discursos de odio.
Durante todo este proceso, estamos presenciando el fenómeno de la islamofobia en su máximo exponente, y vemos como muchas personas tratan de justificarla y legitimarla, de forma peligrosamente automática, a través de las noticias relacionadas, principalmente, con delincuencia, violencia, terrorismo y machismo, asociadas a la comunidad musulmana y/o a los/as refugiados/as en general.
Los recientes atentados en Cataluña están situando a la comunidad musulmana como centro del foco de atención en la prensa y en sus respectivas redes sociales. En este momento, detectamos cómo los discursos islamófobos se incrementan notablemente, haciéndose más agresivos, buscando justificación principalmente en el terrorismo, pero también parece una buena oportunidad para recordar las otras muchas “razones” falsas, por las que parece ser “tan necesario” difamar y lanzar odio y violencia hacia dicho colectivo.
De esta forma, los comentarios racistas que se producen en este mismo momento en los foros y redes sociales de los principales medios de comunicación siguen las líneas argumentales de terrorismo/violencia/”religión de odio”, abuso de los recursos sociales, invasión y no integración, principalmente. Asimismo, se percibe cómo el grado de ofensividad de los mismos aumenta peligrosamente, llegando a plantear la necesidad de elaborar un nuevo término que refleje la exagerada violencia mostrada en diversas narrativas, en las cuales el discurso de odio parece no visibilizar la gran gravedad de la problemática. Entre dichos comentarios, se encuentran muchos que muestran un tono como el siguiente:
No obstante, cabe destacar cómo la respuesta de los discursos alternativos a tal masificación de violencia e intolerancia está mostrando una contundencia, fundamentación y cantidad de comentarios superior a los analizados antes de los atentados. Sin embargo, dichos discursos no suelen contraargumentar directamente los comentarios de odio, sino que se difunden en posts independientes. Además, se aprecia que estos comentarios se apoyan en materiales con contenido tolerante e informativo elaborados previamente por diversas entidades y perfiles de las redes sociales; quedando en un segundo plano los comentarios neutros.
Inés Mosquera, alumna en Prácticas del Máster de Políticas Sociales e Intervención Comunitaria (Facultad de Sociología de la USC)
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