En España, el desarrollo económico registrado desde 1993 fue el factor más importante de atracción migratoria hasta la actual crisis, basada en un crecimiento en la construcción y el turismo, que crearon en su momento 900.000 trabajos netos, de los que cerca de un 40 por ciento eran desempeñados por extranjeros.
La identidad cultural y linguística con Iberoamérica, de donde, en el año 2006, eran originarios el 36,21 por ciento de los /as extranjeros/as en España, son factores determinantes de la inmigración. Asimismo, la suavidad del clima en el contexto europeo y la atracción por un modo de vida son los motivos declarados por la mayoría de las personas originarias de Reino Unido, Alemania o el Norte de Europa.
Finalmente otro factor determinante es la cercanía geográfica al continente africano: con fronteras terrestres con Marruecos, las Islas Canarias próximas al oeste africano, y el propio sur peninsular cercano al Magreb. La renta per capita española era, en 2001, doce veces superior a la marroquí; así la frontera hispano-marroquí es en términos económicos la más desigual de toda la OCDE. El 18,13 por ciento de los extranjeros censados en España proceden de África.
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