La luz se filtra entre las cortinas de la ventana en nuestro piso de Sagrada Familia.
Desde mi colchón veo las mercancías que tras la venta nocturna traemos a casa.
Son seis colchonetas en el mismo cuarto.
Dormimos de día y vendemos de noche (sobre todo jueves, viernes, sábado y domingo).
El sabor y la textura de nuestra comida africana. Y aquí son todos sabores tan extraños como escasos.
Mis colegas turcos se fuman un narguile tras las comidas. Ellos también venden.
Somos seis irregulares: Tres africanos, dos turcos y un paquistaní.
Y sé que suena ridículo, pero nos acordamos tanto de nuestras madres...
Kiko Cabanillas.
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