La intervención en Siria se ha convertido en un nuevo obstáculo para el debate de la reforma migratoria en EEUU, ya que retrasa las opciones de debatir la regularización en el Congreso. La reforma del sistema de inmigración de Estados Unidos, aprobada por el Senado a finales de junio, y que regularizaría a 11 millones de indocumentados, se ha encontrado con nuevas trabas en el camino de la legislación. La primera es el posible ataque a Siria, ya que el presidente Obama ha solicitado al Congreso que respalde su intención de intervenir en el país árabe en reacción al presunto ataque de armas químicas en Damasco el pasado 21 de agosto. Lo cual retrasaría aún más el debate sobre la regularización de indocumentados que defiende la Casa Blanca y recoge la propuesta del Senado.
Al debate sobre si EEUU debe o no intervenir en Siria, se añade la falta de consenso entre los republicanos acerca de la reforma migratoria. "No estoy de acuerdo con el acceso a la ciudadanía para aquellos que llegaron ilegalmente porque, en primer lugar, es injusto con aquellos que cumplieron las reglas, esperando su turno y entraron a través de nuestro sistema legal de inmigración", afirmó Ted Cruz, representante del Tea Party y uno de los que rechazan con más fuerza la regularización.
Parece pues que la guerra en Siria ha dado carpetazo a la reforma migratoria, no sólo retrasándola, sino también fortaleciendo a aquellos que la consideraban fuera de lugar.
Kiko Cabanillas.
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