Estados Unidos se plantea la legalización de más de 11 millones de personas indocumentadas, en una profunda transformación racial, social y cultural. Pendiente está la aprobación de la reforma migratoria por el Congreso, en una nación con cientos de etnias de todo el mundo mezclándose entre si. La nueva ley permitirá la legalización inmediata y la opción de nacionalización a medio plazo de al menos 11 millones de inmigrantes, en su mayor parte procedentes de México y América Latina en general, así como de Asia y África.
Estados Unidos tiene actualmente más de 40 millones de inmigrantes, legales e ilegales. Si se aprueba la reforma migratoria alrededor de seis millones de mexicanos se incorporarán al censo de EEUU, junto a varios millones más de centroamericanos, caribeños, vietnamitas y etíopes. Obama argumenta que la apertura del país a la inmigración es esencial para su desarrollo. Y la reforma, según un estudio del Congreso, haría crecer el PIB el 3,3 % en 10 años.
Los partidarios de esta reforma afirman que cualquier hecho o empresa relevante de este país lleva el sello de una persona inmigrante, desde la conquista espacial hasta Hollywood o Google. Sería, por lo tanto, obligatorio reconocer que los inmigrantes, particularmente los indocumentados, ocupan puestos de trabajo imprescindibles. Este proyecto representa un enorme reto en una sociedad multiétnica y pluricultural como es la norteamericana..
No hay comentarios:
Publicar un comentario