La ministra de Trabajo, Fátima Bañez, afirmaba recientemente que "el país ya no puede ofrecer a los inmigrantes las oportunidades que quieren buscar", por lo cual recomienda a los trabajadores foráneos "tachar a España como un destino posible".
Así, el Gobierno ha decidido abrir la puerta de salida a los que ya están en el área nacional para que regresen a sus países de origen, para lo que concede ayudas económicas de hasta 2.600 euros por familia.Todo ello ante una situación en que el 30% ( más de 600.000 personas) de la población inmigrante sobrevive sin rentas de trabajo, mientras que para cerca de 300.000 la caducidad de su trabajo es cuestión de semanas. Asimismo, el Ministerio ha activado programas de retorno voluntario dirigidos a extranjeros en situaciones especialmente vulnerables (en carencia, menores y embarazadas; así como extracomunitarios pendientes de asilo o en situación irregular).
Para estos colectivos existe un cheque inmigrante a medida: el pago del billete a su país natal, dinero de bolsillo para el viaje y una ayuda económica para instalarse en el nuevo país. Todo ello unido a una subvención de tres millones de euros dirigida a entidades u organizaciones no gubernamentales especializadas en la materia. Estas ayudas son complementarias al programa que el Gobierno aprobó en 2009 para que los extranjeros que estén cobrando el paro puedan montar un negocio.
El tono gris a este cuadro lo ponen el millón de personas inmigrantes que están en situación irregular y que sobreviven en la economía sumergida. Para aclarar este color el Gobierno intenta ahora disuadir la entrada de nuevos flujos migratorios. y dar prioridad a las personas que están en el Inem. El 12,8% de la población, esto es 5,6 millones de personas, la mayoría en edad de trabajar, constituyen el total de la población inmigrante en España.
Kiko Cabanillas.