Coccaglio, un pequeño municipio del norte de Italia en el que viven algo menos de 7.000 personas, de las cuales 1.500 son inmigrantes (la mayoría de origen marroquí y albanés), se ha convertirdo en baluarte del rechazo a la inmigración en las entrañables fiestas navideñas. El Ayuntamiento de la citada localidad ha puesto en marcha una operación para expulsar a todos los inmigrantes que no tengan papeles en regla antes del 25 de diciembre. "Para mí la Navidad no es una fiesta de acogida, sino de la tradición cristiana, de nuestra identidad", subraya Claudio Abiendi, miembro de la Junta Municipal.
Asimismo, la xenófoba Liga del Norte y el Pueblo de la Libertad, liderado por Silvio Berlusconi, han aprobado una legislación anti-inmigración que concede amplios poderes a los alcaldes a la hora de hacer frente a los "sin papeles". Y es que ciertamente la Navidad es la ocasión perfecta para que el racismo dé rienda suelta a todos sus prejuicios. Luchemos contra ellos y no permitamos que esta ocasión para el amor se convierta en exactamente lo contrario.
Kiko Cabanillas.