Considerar delito la estancia irregular y tener la facultad de identificar a los inmigrantes es lo que provocará en el estado de Arizona penas de hasta seis meses de detención para los numerosos hispanos que trabajan en los negocios y agricultura americana de este estado sin los papeles en regla.
Varios cientos de hispanos se concentraron en el Capitolio de Arizona en señal de protesta por lo que consideran una medida racista.
Mano de obra barata en lamentables condiciones económicas y de seguridad al sur de la frontera donde miles de personas subsisten en condiciones precarias, con altas tasas de criminalidad. Y con un rechazo social que se verá incrementado por la nueva medida de la gobernadora de Arizona.
El presidente Obama ha manifestado que esta ley constituye una irresponsabilidad y que contradice los principios básicos de la justicia. Además duda de la constitucionalidad de la norma.
Como colofón a esta barbarie aparece la caricaturesca figura del sheriff Joe Arpaio quien presume de mantener a raya a los inmigrantes con métodos vigorosos como la constante intimidación de parte de sus policías a las familias mexicanas con intención de atemorizarlas y obligarlas a regresar.
Va contra la ley, contra la ética y los derechos humanos. Y esperemos que Joe Arpaio se limite a actuar en películas de dibujos animados.
Kiko Cabanillas.